¡La leucemia no es mas grande que mi Dios!

Mi padre acababa de ser egresado de la clínica por una eventualidad de convulsiones en medio de su alzaimer. Combatiendo con la situación de mi padre, cuando venía a dormir a mi casa, veia que mi hijo estaba con un color extraño en medio de sus sueños. Tuvimos dos noches con fiebres nocturnas y en medio de bajar fiebres, seguía viendo un semblante extraño y algo que me decía: tu hijo no está bien.

La segunda noche le dije a mi esposo: “mañana esto no pasará más, veo al niño pálido y con un color en su boca extraño mañana a emergencias hacer hemograma y orina porque algo me dice que el niño tiene anemia”. Fuimos a nuestra comunidad y al regresar a casa tome su bultito y dije vámonos. Pedí a Dios poder encontrar una doctora que conociera en emergencias ya que su estado de ánimo estaba perfecto, pero físicamente no se veía bien y Dios me puso el primer Ángel la cual me dijo que tampoco le gustaba su color, ya que conocía al niño. La doctora mandó hacer su hemograma y al poco rato llamaron del laboratorio espantados por los niveles tan bajos que salieron. En ese momento me dijeron el niño se queda ingresado, y lo entendí porque tenía anemia y pensaba que con hierro y algunas medicinas eso pasaría. Mi esposo se queda en el hospital para yo retirarme a mi casa y al otro día irme preparada para ir a trabajar. Pero antes de irme a trabajar, fui al hospital a ver al niño. Cuándo llegó allá me encuentro con una revolución, al niño lo iban a transfundir, le iban hacer un aspirado de médula y tenía oxígeno puesto. Me quedé en shock.

La doctora nos explica que debían de hacer un estudio para enviarlo fuera de el país y que necesitaban hablar con mi esposo y conmigo porque el niño no estaba bien. Llegaron a mi cabeza tantos pensamientos y la doctora nos explico que el niño estaba produciendo una cantidad de glóbulos blancos inmaduros que no permitían que los buenos se reprodujeran y yo con premura comencé a preguntar: que si era falcemia, me decía no; que sí era hepatitis, me decía que no y le pregunté unas cuantas cosas más hasta que le pregunté si era leucemia y respiró profundo y me dijo que no me podía dar diagnóstico hasta que no llegará la prueba de fuera y me puse a leer en Google tantas cosas.

Todo estaba casi bien en mi cabeza hasta que nos subieron al área de hemato oncología. Yo que trabaje en ese hospital siempre ví esa área tan bonita pero la respetada, porque hablar de cáncer estaba muy ajeno de mí y más de mis hijos. Ese primer internamiento duró 13 días y suplicaba a Dios que realmente no fuera cáncer hasta que llegó la primera prueba y decía que había que repetirla. Me desespere, pero le dije a Dios que esperaba en su voluntad. Luego de un tiempo de reposo para que saliera del cuerpo del niño un tratamiento de esteroides(qué es la primera fase para entrar en la quimioterapia), fuimos hacerle un segundo aspirado de médula, el cual llegó el mismo día que lo ingresaron por segunda vez por una celulitis en un ojo, la cual dio negativa.

Quise estar feliz pero había algo que me decía que que la cosa no iba así. Nos dieron de alta pero los hemogramas no decía que la cosa fuera en progreso y la doctora me decía que la médula estaba muy haragana, por lo cual le pedí que hiciéramos la biopsia de la médula ósea. Se planificó y se hizo en esa semana, la cual fue la espera más larga de mi vida. Creo que Dios me enseñó un postgrado, maestría y doctorado en paciencia, ya que esos resultados vienen en menos de 15 días y duro prácticamente un mes. En medio de la espera tuvimos el tercer ingreso, en el cual clame a Dios día y noche por las fiebres constantes que duraron 10 días. En ese tiempo visitamos otros especialistas, porque el niño presentaba tantas cosas y no había diagnóstico. Se hicieron pruebas de muchísimas otras enfermedades las cuales llegaban negativas y todos locos porque llegara el bendito diagnóstico de la biopsia de médula ósea. Después de una semana nuestro espíritu descanso y nuestra alma volvió a su reposo cuando nos llamaron del hospital. La doctora nos habló a Eduardo Hernandez y a mí para decirnos que el niño tenía leucemia linfoblástica aguda tipo B. En ese momento en el cual Dios nos dio la paz dije señor hágase en mi hijo Según tu palabra.
Pienso qué es hasta ahora ha sido la enseñanza más grande que Dios me ha dado, porque así como él entregó su hijo por amor así me tocaba a mí entregárselo a él, para que hiciera su voluntad.

Iniciamos las quimioterapias y el primer mes no funciono. Su médula seguía invadida de las células malas. La doctora nos habla del protocolo de las quimioterapias y en ese momento le sugerimos si podíamos buscar fuera del país, para lo cual ella nos dijo que sí teníamos la oportunidad ella nos autorizaba. Hicimos una campaña para solicitar ayuda con relación a un trasplante luego de el segundo mes se envio otra analítica para los Estados Unidos en la cual tuvimos que esperar un mes y fue de angustia para todos porque no sabíamos que pasaba. Hicimos todos los trámites de pasaportes visados compatibilidad de médula entre sus hermanas en la cual María del Pilar salió 100% compatible con el.

Para nosotros fue una alegría inmensa saber que su hermana tenía su misma médula. Luego de unos días llegó el resultado el cual decía que la médula de Eduardo Rafael para la gloria de Dios Estaba completamente limpia y lo que la doctora nos dijo que no iba a exponer al niño contaminación por el viaje al exterior, sino que nos quedaríamos con el tratamiento aquí luchando y en familia. En medio de todo su proceso sufre recaídas, por la debilidad en su sistema inmunológico, pero gracias a Dios y a las oraciones de un pueblo de corazón noble, este Guerrero ha luchado y actualmente estamos, después de un año, entrando al tercer ciclo de mantenimiento. Damos gracias a Dios por las personas que han orado, que han sido generosos y que nos han acompañado en este tiempo. Yo solamente puedo bendecir a Dios y aprovechar todo lo que él nos está dando en este momento, porque mañana cantaremos la victoria sobre Eduardito y saldremos a la calle anunciar lo que ya sabemos: que Dios es fiel y misericordioso.

Continúen orando que ahora es que la guerra acaba de empezar! Bendiciones para todos!!

Familia Hernández Castillo